Psic. Esther Guadarrama Benavides
Nuestros principales
problemas y conflictos tienen raíces profundas, y he llegado a comprobar que
los teóricos de la psicología no se equivocan, lo que nos sucede tiene su
origen en la infancia. No estoy totalmente de acuerdo con la frase de Spinoza que
dice: “infancia es destino”; pero sí creo que la infancia marca pautas
importantes de nuestro futuro, es más, en la infancia yacen las heridas más
profundas que nos hacen lastimarnos una y otra vez. Porque Freud no se
equivocaba cuando afirmaba que tendemos a repetir los patrones que traemos de
infancia, siendo en realidad, un mecanismo del inconsciente que al no haber
comprendido una situación, la repite buscando respuestas, aunque generalmente
nos quedamos lastimados y con más preguntas. De esta forma, no es un asunto de suerte
que no llegue a nuestra vida un buen hombre, es que sólo elegimos hombres que
nos lastiman. No es que sólo encontremos parejas que nos sean infieles,
nosotros elegimos ese perfil de pareja. No es que elijamos por querer dañarnos a
un hombre alcohólico cuando nuestro padre lo fue; sino que tendemos a repetirlo
inconscientemente para entenderlo. Estamos heridos y estas heridas se llaman:
abandono, traición, falta de reconocimiento, manipulación, violencia, etc.
Bajo estas
circunstancias, requerimos sanar a profundidad los dolores emocionales que como
diría Edward Bach, son dolores del alma, porque el lenguaje del alma son las
emociones. El alma es entonces la que está herida desde la infancia y sanarla
para tener una mejor existencia, es la responsabilidad de auto-cuidado que como
adultos tenemos. Pero ¿cómo sanamos situaciones o eventos que no podemos
modificar, que duelen tanto y se originaron hace tanto tiempo?
Una herramienta que
he encontrado personalmente útil y
poderosa, es una técnica ancestral Hawaiana que se denomina Ho´oponopono de la
identidad, y significa corregir un error o hacer lo correcto. Está técnica
señala que todas las memorias dolorosas se alojan en nuestra mente
subconsciente, a la que denominan niño interior, que a su vez está conectada
con la mente consciente o la madre interior y que finalmente se conecta con la
mente supra-consciente o padre interior. Si la familia interior se encuentra
enferma, nosotros estamos enfermos. Viéndolo desde esta perspectiva, al que hay
que sanar es al niño interior.
La mente sólo puede
servir a un amo, o a nuestras memorias dolorosas, haciéndonos repetirlas una y
otra vez y causándonos gran dolor; o a las inspiraciones divinas, que sólo
recibimos cuando estamos limpios y libres. De esta forma, el Ho´oponopono
limpia las memorias dolorosas, permitiendo que el niño interior esté sano y
pueda así generar cosas positivas.
La técnica ancestral
modificada en 1991 por la Kahuna Lapaáu
Morrnah Nalamaku Simeona, considerada patrimonio nacional de Hawai, junto con
su aprendiz, el Dr. Ihaleakala Hew Len, hace
referencia de que todo lo que nos sucede en el exterior es sólo producto de lo que
sucede en nuestro interior; razón por la cual, es importante como se mencionó
anteriormente, sanar las memorias dolorosas que están causando que tengamos un
exterior caótico. Desde esta perspectiva, somos responsables de todo lo que nos
sucede. No hay víctimas, hay generadores pasivos y activos de las
circunstancias.
En esta lógica y sabiendo que los
eventos, figuras importantes de nuestra vida o circunstancias a sanar quedan
fuera de nuestro control, es que se diseñó esta técnica:
1) Ubicamos la circunstancia o la
persona con la que queremos trabajar.
2) Repetimos las siguientes frases:
a. “Lo siento” al decirlo, reconoces que algo (no importa saber
el qué) penetró en tu sistema cuerpo/mente y te tiene en esta situación actual
o creando esta situación actual.
b. “Perdóname” estas pidiéndole a la Divinidad que te ayude a perdonarte
por esto que hiciste. (porque somos responsables por lo que nos pasa).
c. “Te amo” siendo el amor la única manera de sanar, al decir te
amo, estamos decretando esa trasmutación de las memorias dolorosas en luz.
d. “Gracias” agradecemos a la Divinidad por que ha resuelto todo
para el bien mayor de los involucrados.
Es necesario repetir
las frases tanto como consideremos, pero la práctica constante generará cambios
asombrosos. Lo mejor es que no tenemos que decirle nada a las personas
involucradas ni regresar en el tiempo, simplemente ubicar la persona o
situación y repetir y repetir las frases. Como dirían, esta técnica es buena,
bonita y barata, y sólo hay que ser constantes en la repetición.
Hay mucha información
en la red que te puede ayudar a profundizar en la técnica e igualmente puedes
enviarme un e-mail y con gusto te responderé. Que el Ho´ponopono traiga a casa
a un niño interior sano y libre de memorias dolorosas.
guadarrama_esther@yahoo.com.mx
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