Por Patricia Coen
No cabe duda, las redes sociales
son el invento de hoy. Todos los que tienen acceso a una computadora, las usan.
Es el medio para interactuar con los gobernantes y los gobernados. Aunque
muchas veces no sean precisamente manejadas por los que aparecen en los
perfiles. En las redes sociales como twitter, se destapa la noticia antes que
en otro medio. Claro siempre y cuando la fuente decida hacerlo.
Empezaron a ser usadas como un
medio de comunicación entre personas tímidas que de alguna manera encontraron
el escape para inventarse personalidades ficticias. En la red social tú puedes
ser quien quieras ser, a menos que seas conocido por la sociedad y tus asuntos
personales sean manejados por todos.
Puedes ser rubia, hermosa, segura
de ti misma. Una mujer u hombre que viaja frecuentemente, compra en las mejores
tiendas de la quinta avenida de Nueva York, etc. Cualquier persona se puede
enamorar de un avatar (nombre usado para el recuadro de la red social).
El ICQ comenzó a “poblarse”
masivamente. Luego fue relegado por el Hi5, para hacer lo propio; luego el Facebook.
Además de todas las redes que existen, mismas que no son tan famosas pero ahí
están. En estas redes puedes poner en los perfiles quien eres a grandes rasgos,
o de manera sumamente detallada. Así como subir fotos, videos, audios, notas,
etc.
El peligro inminente
Se llegó a especular mucho sobre
el mal uso de las redes por bandas de
delincuentes. La trata de personas y los secuestros. Los “malos” tienen en las
redes sociales un catalogo completísimo para privar de la libertad o para
envolver menores de edad con el fin de engancharlos en el mundo de las drogas o
la prostitución.
También existen los lavadores de
cerebro, o los manipuladores de personalidades. Solo basta con esperar a que el
joven o niño ponga en su muro de facebook o de cualquier otra red, su
vulnerable estado de ánimo, señal que es detectada por el maloso para atacar
con una supuesta ayuda psicológica, consejos extraordinarios, y apoyo amistoso.
Una vez que se gana la confianza del “nuevo amigo”, puede convertirse éste en “la
presa fácil” para cualquier ser con muy
malas intenciones.
Los padres de familia
Hay padres que están inmersos en
las redes sociales, las ocupan y en casos extremos son “adictos a ellas”. Pero
para los que no, deben familiarizarse con la tecnología. Saber qué clase de
redes existen, como se usan y en casos extremos, abrir una para “espiar“ a sus
hijos. Claro siempre y cuando exista una señal de alarma que indique que el
muchacho está en problemas o en malos pasos.
Es de suma relevancia hablar con
ellos. Hacerles ver de manera amigable que no todo es lo que parece. Que hay
usuarios que se inventan personalidades atrayentes o físicos muy
impresionantes, pero en la realidad no hay nada de eso.
Habrá facebookeros tímidos que solo buscan
interactuar con personas que en su diario vivir, por miedos o baja autoestima no lo hacen. Es
más grande el temor a ser rechazados o formar parte de las altísimas estadísticas
del bullying. Pero también existen personas mal intencionadas, o bandas
reclutadoras para pornografía infantil o trata de personas, así como secuestradores o terroristas psicológicos. Es
muy difícil detectar al principio con claridad quién está detrás de la
computadora.
Los focos rojos
Te comparto algunas señales qué a
mi opinión son alarmantes en los usuarios de las redes sociales.
El usuario:
Ya no sale de casa, para quedarse
todo el día pegado a la computadora o al Smartphone.
Hace cosas que antes no hacía,
como exigir mayor libertad y mentir.
Ha descuidado su imagen personal.
No convive con la familia, o si
lo hace, es a prisa y corre a la computadora o al Smartphone.
Se ha alejado de sus amistades
comunes o no asiste a donde solía ir.
Cualquier comportamiento extraño
en los adolecentes es preocupante. Y más porque hoy en día los padres de
familia ya no conocen a sus amistades. La gente adulta puede hacer un análisis
de la información que recibe en la red. Y aun así existen personas maduras que
se van con la finta y son lastimados o engañados.
Existen muchos programas
económicos o gratuitos que vigilan el comportamiento de los hijos en el mundo
virtual, avisando a los padres de familia vía e-mail que algo está mal, y manda
mensajes que considera peligrosos, o los enlaces que puedes contener
pornografía. En cualquier tienda de cómputo pueden orientarte.
Es necesario fomentar el deporte,
la interacción familiar y hacer a un lado de una vez por todas la dependencia a
los artefactos tecnológicos que cada día disuelven más y más a nuestra sociedad
en familia.
Destina una o dos horas al día para
interactuar con tus amigos, o seguidores del twitter. Dedicar más tiempo,
rebaja productividad laboral o escolar. Pronto podremos ver grupos de ayuda
para los facebookholicos, los twitterholicos y los blackberricoadictos.
Lee un libro. Escribe. Sal a
tomar un café con tus amistades. Involúcrate en los deportes.
La prueba
Si es necesario para ti hacer una
prueba a tus debilidades. Deja un día a propósito tu lap top, o dispositivo
móvil y date cuenta cuánto tiempo pasas pensando en él. O en checar tu correo
electrónico o saber en que acabo el debate del día anterior en twitter. Si
logras pasar 12 horas o más sin pensar en ello, estás salvado. De otra forma ya
eres un “webadicto” y necesitas comenzar a aceptar que tienes un problema o uno
de los tuyos lo tiene y buscar otra cosa para entretenerte.
Hasta la próxima, voy a ver mi
twitter.
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