Por Flavia Lillian Carrera Rivera
Vivimos en un tiempo en donde todo
se mide, el valor de las cosas se da más por lo que cuestan, pesan o duran, que
por factores inmensurables. Y el
erotismo no se escapa de esto, es muy común escuchar a las personas preguntar:
“¿Cuál es el tamaño normal?” “¿Cuánto tiempo hay que durar?” “¿Cuántos orgasmos
hay que tener?” y un sin fin de preguntas que lo único que hacen es minimizar
el amplio repertorio erótico del cual somos capaces todos los seres humanos.
Y de una forma poco afortunada los
llamados estimulantes sexuales en ocasiones se convierten en terribles enemigos
de la sexualidad. Esto lo podemos observar simplemente con los eslogan
publicitarios que los anuncian: “¿Quieres tener una mujer así?”. O este otro:
“No es para los que no pueden, sino para los que quieren más”. En definitiva se
vuelve a colocar al erotismo en el campo de los números, de los tiempos, de los
aguantes, de los premios y medallas.
Mi intención no es satanizar a
estos productos, de hecho es una gran ventaja que existan en el mercado, lo
único que te preguntaría si eres consumidor de ellos es ¿Para qué los usas?
Es común encontrar parejas en
donde, por lo general el hombre, toma algún estimulante sexual, sin una
prescripción médica, y se auto nombra con una gran potencia sexual, sin darse
cuenta que a su pareja esto no le interesa, o lo que es más triste ya está
cansado; Esto ocasiona grandes problemas en la relación; es decir, tomar un estimulante
sexual, será una decisión personal pero habría que comentarlo con la pareja.
Y la verdad es que la mayor parte
de las veces no es necesario utilizar estas fórmulas, vale más la calidad, que
la cantidad. Es mejor decir una vez
¡increíble!, Que toda la noche, más o menos. Además, la importancia que tiene
el desgenitalizar a la sexualidad, es decir, no poner como meta o como fin
único la penetración, que es otra de las desventajas de los estimulantes ya que
la mercadotecnia va dirigida hacia el acto coital.
Para entender un poco más el efecto
de estos productos en la sexualidad, te comento que la excitación durante la
respuesta sexual humana se lleva a cabo debido a factores cardiovasculares y
nerviosos; es decir, es importante tener un buen funcionamiento de arterias,
venas y nervios para lograr una lubricación vaginal y una erección del
pene. El efecto de estos productos es en
el sistema cardiovascular y nervioso, o sea, a nivel corporal y no
específicamente a nivel genital. Por lo tanto tomarlos no va a ocasionar de
forma espontánea una erección o una lubricación; simplemente son una ayuda,
además del gran potencial psicológico que se maneja.
¿Qué contienen?
Las
principales sustancias que se encuentran en estos productos, son de origen
natural y se mencionan las siguientes:
q
Guaraná:
es un reconstituyente del
sistema nervioso, estimula la actividad cardiaca, la memoria y los reflejos.
q
Damiana: se le conoce como un afrodisíaco, tiene un
efecto antidepresivo, por lo tanto actúa sobre el sistema nervioso.
q
Ginkgo
biloba: actúa sobre el sistema
nervioso, es un energetizante que actúa para combatir el cansancio y la
debilidad física.
q
Ginseng: actúa sobre la memoria, tiene un efecto
directo en el cerebro.
q
Jalea
real: proporciona energía a la
persona que lo consume.
q
L-arginina:
es un aminoácido termogénico,
es decir, produce calor en la zona que se aplica.
En realidad son sustancias que no ocasionan daño si son tomadas de forma
moderada. Los productos que se aplican
directamente en la piel pueden causar alguna irritación, ya sea los que se
venden específicamente como estimulantes o bien los remedios que algunas
personas utilizan como ungüentos mentolados.
¿Quién puede utilizarlos?
En realidad cualquier persona puede
utilizar los estimulantes sexuales, se recomienda principalmente a:
Ø Personas que realizan mucha actividad física,
como deportistas.
Ø Personas que presentan un decaimiento físico.
Ø Edad avanzada.
Ø Disminución de la libido.
Sólo recuerda
que la actividad erótica es para compartir no para demostrar hazañas heroicas,
que el principal estimulante es nuestro cerebro y el principal órgano erógeno
es la piel. Vive y disfruta de tu
erotismo y si en algún momento requieres de algún producto para aumentar el
estímulo sexual pues acude con algún médico para recibir orientación.
Para cerrar te
comento que los estimulantes sexuales son diferentes a los medicamentos que se
utilizan para la disfunción eréctil como el sildenafil o valdenafil, los cuales
sí requieren un chequeo y prescripción médica.
Gracias por leer
este artículo. Cualquier duda o
comentario te lo agradezco en despertar.es@hotmail.com.
NOTA: @ es para designar ambos sexos.
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