Por: Patricia Coen
Hace algunos días recibí en mi correo electrónico una
presentación bastante interesante. En esta investigación de Eduardo del Río,
mejor conocido como RIUS, caricaturista mexicano y crítico político, o
caricaturista político crítico, como usted prefiera, refiere las dos clases de
alimentos venenosos que consumimos los mexicanos, sobre todo los niños y
jóvenes.
El primero; el tan socorrido refresco. Hay de muchos sabores
y colores. Pero estos causan obesidad y diabetes, por los grandes índices de
azúcar refinada, misma que acaba con los dientes y produce aterosclerosis.
Estas bebidas contienen cero proteínas, cero minerales y
cero vitaminas, por lo que no alimentan en lo más mínimo.
El gas carbónico que contienen es adictivo y acidificante en
exceso.
Los saborizantes y colorantes en algunos casos provocan
alergias. El acido fosfórico que contienen es usado para aflojar tuercas y
tornillos. Imagínese qué provoca en el organismo humano. Nada más y nada menos
que úlceras y destrucción de la dentadura.
El consumo de refresco vuelve a los niños hiperactivos,
obesos y malos estudiantes desnutridos.
Hasta nuestros días, se prohibió el consumo de refrescos por
parte de la Secretaría de Salud y de la Secretaría de Educación Pública.
Remedio poco eficaz si tomamos en cuenta que millones de niños crecieron con el
hábito de ingerir refrescos. Basta con atravesar la calle para encontrar la
tiendita que está retacada de refrescos y porquerías.
Qué pasará con los mexicanos del futuro. Caos en la salud,
sin duda.
El otro veneno
Las sopas instantáneas, que cada día las hay de más marcas,
mayor número de presentaciones y variedad de platillos, contienen un elemento
químico sumamente dañino para la salud. El GLUTAMATO MONOSODICO; además de
aditivos químicos, colorantes artificiales, saborizantes y mucha pero mucha
sal.
Pero qué es este elemento químico.
Es un aditivo utilizado para dar más sabor a los alimentos
industrializados, como caldos de pollo, en cubitos, salsas, frituras, cubos de
jitomate y sopas instantáneas.
Esta lindura causa dolores de cabeza, irritación en los
ojos, visión borrosa, taquicardia, sudoración excesiva, comezón generalizada,
diarreas y asma entre otros síntomas.
Así mismo favorece la obesidad y la esterilidad y en algunos
casos la aparición de células cancerígenas.
Lo más peligroso
Al calentar la sopa dentro de su recipiente de poliestireno
o unicel, el envase suelta dioxinas, o
sea las toxinas que provocan el cáncer. Así mismo, por la lenta digestión
provoca en pocos casos apendicitis. Pero la provoca.
La Secretaría de Salud le dio el visto bueno a estos
productos, así que usted deberá informarse, leer el reverso de los paquetes y
decidir si come a prisa y muera a prisa, o se toma algunos momentos para comer
sanamente, preparar su comida con calma, y degustarla con una buena agua de
frutas, que en México hay muchas, no precisamente de sobrecito, si no al
natural, para poder disfrutar muchos años de una salud plena.
Imagínese usted: en México circulan productos que están
prohibidos en otros países, por los trastornos graves que causan en la salud.
Pero en nuestro país todo se puede con unas monedas.
Hasta pronto
Cuide su salud, usted es lo que come.
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