Por: Tobías Cruz
El Bullying no es un
tema de moda. Es un asunto que se ha dado con mucha frecuencia en la época
moderna. Los índices de crecimientos son alarmantes. Las consecuencias
desgarradoras. Para muchos padres de familia es un tema normal, pasajero, propio
de la edad. Lo cierto es que hoy en día es aun peor. Más peligroso. Con consecuencias
más lascivas.
Ell acoso escolar es
una especie de terrorismo psicológico sistemático de un agresor contra la víctima.
Se da desde la primaria hasta la preparatoria. Algunas veces también en la
universidad.
Esta práctica no se
trata solo de comportamientos infantiles propios de la edad. El acosador se
convierte en el verdugo de la víctima. Los niños agredidos cada vez que son
molestados, pierden un poco de autoestima. Pierden un poco de personalidad. De
confianza. De ganas de asistir a la escuela. Baja su rendimiento académico y
sus ganas hasta de vivir.
El punto preocupante,
es que a la mayoría de los profesores no les importa lo que les debería
importar. Prefieren hacer caso omiso, o esquivar problemas que les pueda
afectar en la plantilla estudiantil con la nula percepción de otra colegiatura
más. En algunos casos, los docentes son partícipes en el acoso escolar. No por
la culpabilidad de ser testigos, no. Sino por la complicidad con el agresor del
grupo. O la agresión directa al alumno "raro", "burro",
"pobre", etc.
Imagine usted como
adulto, asistir a su lugar de trabajo y ser violado todos los días, sistemáticamente
por un agresor mucho más fuerte. Usted ¿qué haría? Obviamente denunciar y no
permitir la vejación. La noticia para usted, es que los niños sienten lo mismo,
pero no tienen los mecanismos de defensa o los conocimientos de los adultos.
Quizá lo sienta
exagerado. El asunto es que no lo es. Los niños son seres indefensos que
sienten lo mismo o peor que una violación en un adulto. Están formando su carácter
precisamente y esto puede acarrear problemas
psicológicos muy profundos, convirtiendo su vida en miserable, con un dolor
indescriptible y consecuencias que pueden llegar hasta el suicidio.
La era moderna
Hoy, las cosas para los
educadores, las escuelas y los padres se complican aún más. Con la era digital,
el acoso escolar es difundido por las redes sociales. El Facebook, el Twitter, Whatsapp,
y todas las redes existentes. El dolor en las víctimas ahora es comunicado a
toda la comunidad que los rodea y trasciende a otros sectores de la sociedad.
Es prácticamente una cascada de rocas que aplasta el espíritu del infante.
Podemos encontrar un
sin número de casos que alarman e indignan a la sociedad. Violaciones tumultuarias,
grabadas y difundidas. Peleas sangrientas de menores de edad. Bromas
extremadamente pesadas. Difamación y calumnia.
El aspecto legal.
Todos los casos de
acoso escolar contienen aspectos de comportamiento penados por la ley. Todavía
se encuentran en espera las iniciativas para lograr penas punitivas a los
menores de edad, a los padres y a los maestros. En el Distrito Federal se
comienzan a investigar casos de acoso escolar en las escuelas. Al no haber
delito estipulado en el código civil o penal, se ha determinado la participación
de los maestros como responsables de los alumnos, imputándoles penas
equiparables a violencia familiar.
Este tema cada día
cobra mayor importancia y desgraciadamente mayores víctimas. Muy pronto se
legislará para contar con castigos a los padres, a los maestros, las escuelas y
a los alumnos. Por ello los educadores o las instituciones, por su propio bien,
deben poner mayor interés al famoso bullying y sobretodo realizar acciones
contundentes para evitarlo. A continuación algunas señales características para
reconocer el acoso, algunos consejos y prevenciones.
Señales de alarma
Cambios de humor y comportamiento
en el alumno.
Depresión, llanto a
escondidas y enojo sin razón.
Poco apetito, o mucho.
Malestares estomacales y señales de poco sueño.
Pesadillas o dolores somáticos.
Vómito.
Presenta moretones, rasguños,
golpes e inventa pretextos para justificarlos.
No quiere ir a la escuela
y no acude a paseos escolares,
Pierde artículos
escolares con mucha frecuencia y su ropa se ve estropeada más rápido de lo
normal.
Los educadores deben
estar pendientes de:
La relación de los
alumnos cuando no está presente el maestro. Espiarlos.
Los grafitis de los
baños. A quién atacan.
El comportamiento de los
alumnos al final de la jornada escolar.
Vigilar a los alumnos
diferentes. Por su forma de actuar, vestir, y de ser.
No hacer caso omiso a reclamos
o quejas.
Investigar el por qué
de los estados de ánimo de los estudiantes.
Muestras de violencia
o maltrato a las posesiones de los alumnos.
Rendimiento escolar.
Baja abrupta de las calificaciones.
Y es necesario hablar
del tema recalcando que es algo sumamente reprobable. Así como poner sanciones
cada vez que el alumno agreda a sus compañeros. Suprimirle el recreo, dejar
tarea extra o expulsarlo si no cambia la actitud.
A los espectadores
Decir de forma
contundente, ¡Basta! Esta palabra en la mayoría de los casos puede ser de gran
ayuda en situaciones de enfrentamiento escolar.
Expresar al agresor lo
que siente y si le gustaría que le hicieran lo mismo.
Si la situación no es controlarle.
Pide ayuda a un adulto de confianza.
Usa cualquier canal que
exista en la escuela para denunciar al agresor.
Si la víctima no
quiere hablar con alguien, ofrécele tu ayuda o anímalo a denunciar. Explícale
que no es acusar.
Involucra a un grupo
de personas, así evitas que el agresor vaya contra ti.
Recuerda: el problema lo
tiene el agresor, no la víctima.
A las víctimas:
No hacer caso al
agresor.
No mostrar afectación.
Aunque duela.
Decir con firmeza al
acosador. ¡No! Tú lo crees así, pero no.
Ironizar las palabras
del agresor. Por ejemplo, al decirte que tus lentes son horrendos, contestar, claro,
que bueno que lo notaste.
Si existe peligro de
violencia, irte de ahí y platicar con un adulto. No es ir con el chisme, es
protegerte.
Si tus padres no te
hacen caso, acude con un hermano mayor, un tío, un vecino. Algún adulto en quien
confíes.
Que entienda el adulto
que la situación pasó los límites y te está afectando gravemente.
Si te da pena, escribe
una carta y entrégala a un adulto en quien confíes.
Los acosadores.
Como lo escribo antes,
ellos son los que presentan problemas psicológicos. Son abusados en la familia.
Sufren humillación y violencia por los padres. Carecen de algún padre o están
pasando por un divorcio doloroso. Están rodeados de un entorno familiar sin
afecto. Sus padres son modelos carentes de valores. Pueden convertirse con el tiempo,
sin corrección alguna en delincuentes.
Las víctimas
Pierden en ocasiones la
ilusión de vivir.
Son propensos al
suicidio.
Baja autoestima.
Trastornos emocionales.
Problemas psicosomáticos.
Ansiedad y depresión.
Mitos del Bullying:
Es una situación
normal entre niños.
Se da entre niños de
escasos recursos.
Forja el carácter.
No es problema de la
escuela.
Se lo merecen los
niños.
Los profesores saben
reaccionar.
Las características físicas
del niño son la causa.
Forma parte del crecimiento.
No intervenir, es no
ser chismoso.
Esto es a grandes
rasgos el tema de acoso escolar. Existen muchas historias desgarradoras. Testimonios
realmente alarmantes. Cada día se convierte en un asunto más complicado que se
ha catalogado como de salud pública. Lamentablemente todavía hay muchas
instituciones que por su creación, solo como un negocio, sin principios pedagógicos,
son indiferentes a lo que pasa todos los días en las instalaciones de sus
escuelas.
Hay que tomar este
tema con seriedad y con determinación. No es posible que en la Cámara de
Diputados no se logre nada aun. Es necesario que los padres de familia
investiguen si sus hijos son víctimas del Bullying o si conocen a alguien que
lo sea, a fin de que lo expongan en la escuela que asisten y obliguen a los
directivos o profesores a tomar cartas en el asunto. Y de no ser así, denuncien
ante la SEP y las procuradurías los casos de acoso escolar. Por supuesto a los medios
de comunicación. Revista Réplica abre sus espacios para recibir denuncias y
hacer reportajes especiales sobre este tema.
Muchas gracias y hasta
la próxima. En la siguiente entrega, El Mobbing. Acoso laboral.
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