Por Guillermo Ríos D. Falcón
El gran negocio
que representa el tener una obra de algún artista reconocido ha atraído desde
tiempos antiguos (desde el año 4 A.C hay registros) a muchos “impostores” que
realizan falsificaciones tan perfectas que incluso los mejores peritos en arte
y museos reconocidos, resultan timados.
Imitación de Sandro Boticelli
Los artistas que
falsifican el arte deben tener un talento artístico sobresaliente, además de
conocer a profundidad la historia del arte, puesto que entre más antigua sea la
obra, mayor habilidad debe generar el timador, principalmente en esta época de
tecnologías en que una simple luz UV o
rayos X pueden detectar fácilmente anomalías en las capas de pintura y
composición química de las obras.
No obstante la
tecnología, los falsificadores son verdaderos artistas equivalentes o
superiores a los pintores que intentan copiar, puesto que requieren cualidades
descomunales juntas en un solo individuo.
National Galley de Londres
La elección del
artista (en la pintura, por ejemplo), el estudio de los trazos y estilo, la manufactura
de los materiales utilizados en esa época, la información del artista en la
actualidad y finalmente el talento que debe tener para unir todos los cabos, es
una tarea común para un imitador.
El reto es
grande, puesto que los materiales contemporáneos fácilmente pueden ser
descubiertos por un conocedor, así que la tarea está en conseguir bastidores de
la época, lienzos antiguos, y tener conocimiento de los pigmentos, además de
química, para reproducir un solo color (falta también la base de preparación
que se utilizaba en la época). En el caso de reproducciones en papel, los
libros antiguos pueden contener una o varias hojas en blanco que pueden servir
como soporte de la falsificación.
En ocasiones,
los artistas de la impostura utilizan pinceladas, tema y estilo para crear una
“nueva obra”, que “se descubre” para incorporarla a la lista de trabajos del
pintor.
Normalmente, una
falsificación de artistas reconocidos, tiene que pasar por un proceso de
autenticación para ser vendida en el mercado del arte, en el cual se mueven
millones de dólares. Muchos coleccionistas han sido timados por expertos que
autentifican falsificaciones por la cantidad de dinero que se mueve en una
operación de venta.
Tres artistas
falsificadores han sido admirados, incluso homenajeados por la sensibilidad y
el trazo logrado en sus imitaciones he aquí sus biografías.
Han van Meegeren; experto en obras de Vermeer (recomiendo película
“La Joven con el Arete de Perla”) y Rembrandt logró introducir una obra “nueva”
en los archivos del pintor Vermeer “Los discípulos de Emaús” que logró engañar
al experto especializado en la pintura del artista al grado de publicar que
“cada pulgada es un Vermeer”.
Al confesar su
crimen, nadie le creyó, hasta que en la cárcel (fue acusado de colaborar con
los Nazis) pintó una nueva falsificación que dejó al mundo del arte
boquiabierto (A la izquierda: La joven con el arete de perla, obra auténtica de Vermeer, abajo: Los discípulos de Emaús, obra de Han van Meegeren).
Elmyr de Hory, logró reunir la mano de artistas como Degas,
Picasso, Toulouse-Lautrec, Matisse, Modigliani, Renoir, Chagall, Dufy, entre
otros. Viajó por el mundo vendiendo sus obras y vivió una vida de rey. Algunas
de sus obras aún se encuentran en galerías reconocidas y las consideran
auténticas. Este artista de la falsificación es considerado como el gran Maestro
de la reproducción, por la habilidad de imitar a tantos artistas expertos en
pintura.
A la derecha: Modigliani auténtico. A la izquierda: Elmyr de Hory imitando a Modigliani
Eric Hebborn destaca por su habilidad de engañar a los más
modernos métodos de autenticación. Más de mil pinturas realizó durante su vida
(al igual que Hory) de las cuales cada una era vendida en miles, hasta millones
de dólares. Cometió el crimen perfecto, hasta que su ego le obligó a revelar en
dos libros los secretos de su don. “El Manual del Falsificador”, nombre de uno
de sus libros, le provocó la muerte por asesinato (a la izquierda, La virgen con el niño, National Gallery de Londres, obra de Eric Hebborn).
A la manera de William Turner obra de Eric Hebborn
La escultura,
antigüedades, libros y piezas arqueológicas son también un tema especial para
la falsificación.
Espéralos en próximos artículos...
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